En la mitología nórdica, el Ragnarök es la batalla del fin del mundo, el destino del cual no pueden escapar los hombres y los dioses, la destrucción de Asgard y la renovación del mundo.

Esta batalla enfrentará a los dioses Aesir, dirigidos por Odin, y apoyados por los guerreros muertos en combate, a los gigantes de hielo y a Loki (el dios del fuego), así como a diversos monstruos entre los que encontramos al lobo Fenrir y al monstruo marino Jörmungand. Estos últimos recibirán el apoyo de los muertos indignos de la diosa Hel (diosa de los infiernos).

Se producirán violentas batallas que enfrentarán a Odin contra Fenrir, Thor contra Jörmungand y a Loki contra Heimdall. El resto de los dioses y de los gigantes también morirán en combate, aunque las batallas en las que éstos participarán no serán tan recordadas.

Entre los dioses que sobrevivirán encontramos a los hijos de Odin (Vidar, Valdi y Hœnir) y a los hijos de Thor (Modi y Magni), que heredarán de su martillo.

Sólo dos humanos, Lif y Lifthaisir, que al principio de la batalla encontrarán refugio en el árbol consagrado Yggdrasil, sobrevivirán. Después de la cruenta batalla de Ragnarök, éstos volverán al nuevo mundo y lo reconstruirán, reconstruyendo también una nueva humanidad.