Pocos animales han sido tan citados en distintos momentos de la Historia como las serpientes. Los motivos de semejante atención por parte de la literatura tienen distintas causas, sobre todo culturales. Uno de los textos más comercializados y citados en el mundo entero, la Santa Biblia, centra gran parte de su historia en la aparición de una serpiente.

La serpiente bíblica, según las milenarias escrituras, es la causante de que Eva sintiera por primera vez la tentación de morder la manzana del árbol prohibido. Ya se sabe que a los seres humanos las prohibiciones nos dan curiosidad (y una propensión a realizar todo lo contrario que dicen las reglas). Obviamente, la protagonista de la historia, Eva, decidió que las manzanas eran muy llamativas, gracias a los argumentos de la susodicha serpiente. Siguiendo la lógica de la Biblia, fue la serpiente quien lanzó el detonante que nos llevó a los hombres al pecado y al principio de todos nuestros males. Muchos creyentes asocian la expulsión de los seres humanos del paraíso por este episodio bíblico. Más allá de creencias o no, esa es la narración que muchos de nosotros conocemos desde pequeños.

Las serpientes y la iconografía

Entre las imágenes más reproducidas en el mundo entero se encuentra la de un apuesto Adán, junto a una virginal Eva. Los primeros seres humanos que poblaron la Tierra creada por Dios se encuentran representados junto a un árbol del que nacen manzanas suculentas -el fruto prohibido-, y es la audaz Eva quien tímidamente toma una, siguiendo los designios de la serpiente que se encuentra enroscada en una rama del árbol.

Pero más allá de las sagradas escrituras, otros textos que le han seguido en la Historia, se han apropiado de esta alegoría y han continuado ubicando a las serpientes en un sitio insano, maldito, al que no debemos acercarnos, si deseamos permanecer sanos y el paz.

Fuente de la imagen: InfoSerpientes.com

Es muy interesante analizar, desde la simbología, la significación que por generaciones les han dado los hombres a las serpientes. Como ya comentamos, la serpiente está asociada a la maldad, la pérdida de la inocencia y el equilibrio. No obstante, existen otras variantes que la vinculan a las serpientes con la pasión, el deseo puramente carnal, los bajos instintos,… Dicho de otra manera, la sal de la vida.

Los intérpretes de los sueños también han tenido en cuenta a las serpientes. Entusiastas, psiquiatras y psicólogos han dado los más variados papeles a estos reptiles, entre los que se encuentran la salud, el conocimiento y la mesura.

Las múltiples interpretaciones que suscitan las serpientes

No obstante, otras tantas interpretaciones resaltan hechos muy negativos, como la traición de los amigos o seres cercanos. Por ejemplo, si el sueño se refiere a una serpiente que sale de un árbol, esto se puede interpretar como la llegada de un aluvión de críticas hacia nuestra persona.

De más está decir que si soñamos que una serpiente se nos enrosca en el cuerpo, estaremos en problemas muy serios (enfermedad o traición). Esta asociación es muy obvia, ya que específicamente estos reptiles son conocidos por sus mortales dentadas.

Otro sueño recurrente con serpientes puede ser que nos dirigimos hacia un grupo de ellas. Según los especialistas esto significa que estamos muy preocupados por nuestra integridad física. En este caso, lo mejor será que nos relajemos y nos tomemos un tiempo de calidad para disminuir las preocupaciones.

No obstante, este mismo sueño de estar muy cerca de serpientes es interpretado por los entusiastas de estos reptiles como señal de ardiente pasión, sexo o infidelidad.

Cada persona es un mundo, así que a cada uno de nosotros le tocará descubrir qué designios le auguran las serpientes de nuestros sueños.